La Llegenda del miracle a Calders

Monistrol de Montserrat - Vista i Tren_01Els orígens de la veneració cristiana a la Verge de Montserrat es perden en la nebulosa dels temps i la llegenda, sovint, es confon amb la realitat i en la diversitat de relats que ens han arribat i que cadascú, dintre de la seva fe, modela com millor desitja. Des dels remots inicis d’aquella advocació, aquesta devoció popular ha anat sempre lligada a una llarga llista de fets miraculosos o de taumatúrgia que la tradició popular l’hi ha atorgat i, sovint, exagerat. No obstant això, aquells fets, segons la litúrgia i jurisprudència catòlica, més destacats, provats o més creïbles i que si calia considerar com a miraculosos, es registraven i documentaven de forma sistemàtica. Entre aquests miracles acceptats i documentats, que serviran de base a la coronació canònica de la Verge de Montserrat i el seu santuari l’any 1881, n’hi ha un que va succeir a Calders l’any 1528.
tyujty_01 Segons transcriu la “Revista Montserratina”, del mes de setembre de 1910, els fets són els següents:

“Habiendo salido a pescar Miguel Melchor, vecino de la villa de Calders, acompañado de Bernardo Melchor su hijo y otros amigos, llegados a la ribera del rio (Calders o Colarda a unos 32 Km. de este santuario) cerca de aquella villa, y poniéndose Miguel Melchor sobre una roca, teniendo más cuidado con sacar peces que con guardarse a si mismo, dio una peligrosa caída en parte donde había mas de 30 palmos de fondo. Pues como él no supiese nadar, ni los que con el iban pudiesen socorrerle, aunque el agua lo echó tres veces arriba, volvió a hundirse otras tantas abajo.

Monistrol de Calders - Ft ColletEstuvo en ese peligro por espacio de un cuarto de hora, en el cual llamaba siempre á la Virgen gloriosa de Montserrat que le socorriese, hasta que Bernardo Melchor habiendo buscado con diligencia y amor de hijo una vara larga, llegó con ella, y tendiéndola á la parte donde su padre estaba, le asió y salió libre y sano, diciendo que Nuestra Señora de Montserrat le había ayudado, y que el tiempo que estuvo debajo del agua le parecía que estaba en su santa capilla; y dando todos gracias a Dios, vino Miguel Melchor á darlas a ésta santa casa, donde dejó en una tabla la memoria de este milagro, y lo publicó en presencia de testigos á 22 de julio de 1528”.

Recopilació del Text i Fotografies : Ramon Solé